miércoles, 4 de agosto de 2010

Piensa en lo que piensas cuando lloras, pero ahora la que llora soy yo...

Tu ausencia me aburre, me rabia, me inquieta, me raya... pero sobretodo me reconforta. Creía que eras mi luz, pero a lo lejos, y no tan lejos, aparece un sol que triplica tu calor, un sol que no solo calienta.... un sol que me divierte, me apacigua, me calma y me reconforta en tu ausencia, en tu silenciosa soledad autocreada.

Consciente de que este nuevo sol brillará durante poco tiempo, y volveré a estar a las sombras de tu luz, mi mente, mi cuerpo y mi alma me gritan Carpe Diem cada nuevo latido, en cada pestañeo, en cada suspiro, en cada respiración... pero ¿cómo voy a vivir el momento si yo quiero vivirlos todos contigo? Cuando acabará esta absurda dependencia... quiero dejar tu droga... no me beneficias... me haces tanta falta...

Quiero que mi nuevo sol brille con más intensidad cada día, pero me vuelve a dar miedo crear sombras... Y curiosamente, el miedo crea las sombras...



.