miércoles, 22 de diciembre de 2010

Bienvenido...

Odio cuando no sé cómo empezar a escribir... No me gusta tener algo ahí, en la boca del estómago, en la mente, y no poder sacarlo… Odio no ser capaz de plasmar lo que siento… No me gusta tener que recurrir a tópicos. Odio quedarme en blanco cuando tengo tanto que decir… No me gusta tener que pensar cómo decirlo, sin poder hacerlo… Ojalá pudiese fluir… igual que hace en mi mente…

Debería odiarte… porque te lo mereces. Debería aborrecerte… porque te lo mereces. Debería tenerte rencor… porque te lo mereces. Debería despreciarte… porque te lo mereces. Debería maldecirte… porque te lo mereces, pero en cambio…

Será porque me siento como una muñeca rota, será por eso que me cojo a una cuerda esclavista, y no la suelto… Será por eso que me siento tu marioneta…

Y entonces es cuando tengo que auto citarme: “Vuelven los antiguos fantasmas… y los “olvidados” se alzan. Se alzan y piden su parte. Reclaman lo que, (según sus absurdas teorías) les pertenece. Pero no hablemos en plural, pues lo que hoy molesta es un solo fantasma. Es un “OLVIDADO”, pero con mayúsculas. Aquel que realmente deseas olvidar, aquel que más daño te hizo.”

Soy consciente que no merece la pena dejar que vayan naciendo mariposas en mi estómago… soy consciente de que todo esto va a quedar en nada, y que de un momento a otro veré que las mariposas van a morir lánguidamente… para dejar paso a la angustia… y mientras ellas mueran, en mi estómago sentiré pequeñas punzadas interminables…. Sentiré como si agujerearan las paredes de mi interior, porque ellas intentarán escapar… pero no podrán, porque el dolor me atascará la garganta… haciendo que mueran… todas… lentamente…


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