Nada...

Después de un domingo de trabajo horrible… Me toca desahogarme… No tengo mucho que decir… aunque últimamente pienso mucho, nada es provechoso…


A ti, que ya me tienes hartita no me queda mas que decirte, que si quieres algo… ya sabes donde vivo, ¿y si no? Mejor… cuanto menos te vea, más feliz seré…



Esta vida… a veces es tan cruel… Conoces gente nueva… pero siempre te quedan los “olvidados”… y por más que quieras, si alguien ha marcado algún momento de tu vida, no puedes borrarle de la memoria… Y eso es precisamente lo que necesitas… pero te acabas engañando a ti misma, y llamando “olvidados” a aquellos que no puedes olvidar… Entonces llega el día que eres feliz, y como ley de Murphy entra en escena… Y ya tienes la semana hecha… rayada… y vuelve a pensar en el “olvidado”, y recuerda las frases… los besos… los abrazos… y recuerda como te hacía sentir… porque durante algunos meses, semanas, días, horas, minutos o segundos, tu fuiste su centro, el era tu luz… y ahora vas a oscuras… buscando esos luceros añiles, que obviamente, ya no están… y después, ¿Qué queda? Nada…




Y como dice una gran amiga… me voy a la cama, a ver si sueño que me atacan pollas voladoras, y no puedo escapar…

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